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domingo, 2 de abril de 2017

Los Indianos de La Palma y un viaje inesperado


 
 
Llevaba tiempo deseando vivir en primera persona la fiesta de los Indianos de Santa Cruz de La Palma, celebrada cada año el lunes de Carnaval, las noticias que me llegaban de esa fiesta, las imágenes y mi gusto por la música tradicional cubana que es la que suena ese día por todo Santa Cruz, se mezclaba por mi profundo amor por La Habana, ciudad que conozco muy bien y donde la música parece brotar de los adoquines como los hierbajos por pavimentos poco transitados.

Convencí a Pedro, mi compañero, y se lo propuse a Riitta y Juhani unos buenos amigos finlandeses afincados en Tenerife que aman profundamente nuestra tierra, sus gentes y sus tradiciones, a veces más que nosotros mismos. Ellos, como nosotros no conocían la fiesta de los indianos y yo, aunque parece mentira, era la única del grupo que tampoco tenia el gusto de conocer  La Palma. Era un viaje planificado a última hora por lo que, además de pagar los billetes de barco más caros que nadie, tuvimos que ir sin reserva alguna de alojamiento, con una caseta de campaña y unos sacos de dormir en la furgoneta, rogando al Universo encontrar algún camping libre aunque fuera en un punto alejado de la capital, cosa que no sucedió, porque no había ni una cama libre, ni un hueco en toda la isla, es tal la repercusión de la fiesta de Los Indianos que la población de la isla se triplica esos días, en Santa Cruz de La palma pasa de los veinte mil habitantes a cincuenta mil.
Llegamos a la isla dos días antes y desde el puerto pusimos rumbo al Norte de la isla, a medida que subíamos íbamos entrando en una carretera con muchas curvas y que ascendía dejando ver un paisaje de cuento, con una niebla fina que le daba apariencia encantada a una vegetación arbórea abundante y muy verde. Caía una fina llovizna que me evocaba un cosquilleo ancestral en lo profundo de mis vísceras, retrotrayéndome a mi infancia lluviosa en el La Laguna, con todos los sabores agridulces que se agolpaban de pronto en la garganta dejándome muda, me enamoré de la isla inmediatamente. A partir de ahí todo lo que vino después no hizo más que reforzar mi fascinación primera, empezando por la gente, que nos daba opción a acampar sin problemas en sus terrenos particulares o en playas. 
 
La primera noche acampamos de noche en los aledaños del Faro de Las hoyas, en La Bombilla un asentamiento del Suroeste de la isla, llegamos de noche por lo que alumbrados por los faros de la furgoneta y con algunas dificultades y después de matarnos de risa conseguimos armar la caseta , cenamos y nos tomamos una botella de vino, al despertar por la mañana pudimos disfrutar de una panorámica impresionante, el océano siempre enigmático y una costa escarpada y recortada de riscos, suspendidos en una terraza rocosa que daba al océano por delante, el faro a un costado y detrás y alrededores plantaciones plataneras por todas partes. 
En nuestro segundo día decidimos visitar Santa Cruz, faltaba un día para los Indianos pero ya la capital parecía impaciente porque llegaran , mucha gente ataviada con ropa blanca , las calles llenas de banderolas cubanas, la música, anunciaban lo que sucedería al día siguiente y que sucede cada año desde la década de 1920. aunque no fue hasta el año 1966 cuando Los Indianos se integran de pleno derecho en el programa del carnaval Palmero.
A media tarde decidimos que debíamos buscar un lugar para acampar y después de cierto peregrinaje si éxito por diferente lugares fuimos a parar en Barranco del Carmen, donde preguntamos a unos pescadores que viven por allí si nos dejaban acampar, la respuesta fue la más amable y cálida que pudiéramos desear, gente hospitalaria donde las haya, nos ofrecieron café y ducharnos en sus casas si lo deseábamos y además nos vendieron por un precio más que razonable tres kilos de "viejas" recién pescadas que hicieron que nuestra segunda noche tuviéramos una cena deliciosa y memorable a la orilla del mar.
Nos despertamos ya en Lunes de Carnaval y nos ataviamos con nuestros trajes blancos, y nuestras alhajas, nos maquillamos y peinamos con cuidado y colocado nuestros sombreros adornados con flores nosotras y los típicos panameños ellos.
 
Teníamos tanta prisa y tanta emoción que llegamos muy temprano a desayunar a la Alameda vestidos de Indianos, éramos casi los primeros, poco a poco iban apareciendo más y más hasta que a eso de las once de la mañana la calle estaba abarrotada de gente vestida con trajes blancos de lino, sombrillas de encajes, guayabera, profusamente enjoyadas y había quien portaba maletas de piel cargadas de billetes y riquezas o jaulas con animales exóticos, y quien venían hasta con una extensa comitiva de sirvientes de raza negra.
La profusión de gente crece por minutos e invade todas las calles, nos dirigimos a La Plaza del Ayuntamiento donde una orquesta tocaba música cubana para amenizar La Espera, uno de los actos principales es recibir a la Negra Tomasa junto con su familia en el Puerto y acompañarla hasta la plaza donde ella en el balcón se contonea a ritmo de Guarachas, Guajiras y Guaguancó y saluda a la concurrencia que la aclama enfervorizada. Miles de personas esperan emocionadas cada año a este personaje, que desde 1992 se ha ido convirtiendo en una parte fundamental de la fiesta. Gastamos una pequeña fortuna en comprar polvos de talco, la ciudad entera se sumerge en una nube blanca de polvo, bañados íntegramente en polvos de talco vamos dando y recibiendo este oloroso castigo por toda la ciudad, a ritmo de Son y bebiendo mojitos.
El ritual de empolvarse con Talco el Lunes de Carnaval se asienta en documentos que se remontan al siglo XVII, Hay diferentes teorías con respecto a este asunto pero la más plausible parece ser la que habla de las raíces en los rituales Ñáñigos cubanos, que para para blanquearse la piel usaban polvos de Talco. También se habla en otros documentos de que a la llegada de los barcos procedentes de Cuba a puerto, empolvaban a los pasajeros para evitar la propagación de enfermedades tropicales que pudieran traer. El Indiano era el Palmero que retornaba después de hacer fortuna en Cuba y lo hacia con mucha altanería, ataviado con finas ropas de lino, blancas inmaculadas, sombreros y joyas y cargados con maletas llenas de dinero y alhajas, a una Canarias pobre y deprimida que los recibía con admiración y un sinfín de cotilleos e historias que venían a trastocar y amenizar el tranquilo discurrir de la vida isleña, y que hoy en día se conserva porque si hay algo que te hechiza de la Isla de La Palma es su tranquilidad, la sensación de fluir al margen de las mediciones terrestres del tiempo, que en la isla parece detenerse en un dulce sopor, un letargo del que no quisieras salir nunca mas.
En los años 80 los Polvos de Talco y la parodia de Los Indianos se unen espontáneamente y dan lugar a la fiesta tal y como la conocemos hoy. Sin poder dejar de mencionar que también existe gracias a estrechos vínculos culturales, económicos y afectivos que unen la Isla de La Palma y a Cuba, por los movimientos migratorios que han tenido lugar en ambos sentidos durante siglos.
Regresamos exhaustos de la fiesta y ahítos de Polvos de Talco a nuestro campamento en barranco del Carmen a descansar.  
 
P.Torres

Al día siguiente volvimos a la bombilla después de visitar la Caldera de Taburiente, y armamos nuestro campamento esta vez de día y en un rincón todavía mejor que el anterior, presentamos nuestros respetos a el océano y al majestuoso faro, cenamos, tomamos una buena botella de vino con una cálida conversación entre buenos amigos y dormimos hasta el día siguiente.
Teníamos que dirigirnos al Puerto y embarcar para nuestras respectivas rutinas, con la nostalgia anticipada de quien sabe que va a ser separada de aquello que ama y a esas altura ya yo me había enamorado irreversiblemente de la Isla de La Palma.  
Pero no nos fuimos sin hacer una visita fugaz a la zona de los volcanes: rodear el Volcán de San Antonio, admirar desde lejos el de Teneguía y la zona geológica mas joven de España. 
Dicen que casi todos los momentos mágicos y gratos en la vida surgen espontáneamente sin planearlos y creo que es verdad.

Juana Santana
Fotografías: P.Torres

lunes, 28 de octubre de 2013

El imaginario de Alonso Fernández de Lugo. I

De las Judeas Nueva y Pequenna.
Fernando Herráiz Sánchez

Sello de Salomón. Artesonado Iglesia S. Juan Bautista. La Laguna

    Interesante trabajo dividido en tres partes de Fernando Herráiz Sánchez con el que consigue arrojar luz sobre algunos episodios de este personaje y otros también relevantes en los tiempos de la conquista de Canarias y de su, cuando menos curiosa relación con el judaismo. En breve publicaremos la segunda y tercera partes que vienen a completar este trabajo de investigación.


A mediados de 1505 Alonso de Lugo anunciaba que “...antes de muchos tiempos verían maravillas en esta isla”i. Tenerife era entonces una incipiente colonia con menos de quinientos vecinos ocupados en afianzar una economía de subsistencia, y en la principal fuente de ingresos de la élite local: la exportación azucarera.
Tres años más tarde las maravillas se habían esfumado, y El Adelantado y su numeroso clan de parientes, criados, paniaguados y naturales de Gran Canaria, luchaban por conservar el poder en Tenerife y La Palma. La situación era delicada. Al de Lugo le habían retirado las varas de gobernación de ambas islas, y estaba formalmente acusado de grave deslealtad (traición) al rey.
El objetivo de esta serie de artículos es intentar desentrañar las claves de tan brusca mudanza, sus razones y sus consecuencias. Para ello es necesario situar a Alonso de Lugo y los suyos, en el contexto de los vaivenes experimentados por las monarquías peninsulares en los años mencionados.
Entre 1505 y 1508 las coronas de Castilla y Aragón cruzaron el punto de no retorno de lo que podría denominarse una cierta idea de España. El proyecto incorporaba un programa más o menos explicito que abarcaba todos los ámbitos de la vida social: economía, administración, política interior y exterior, cultura, ciencia, matrimonios, costumbres, tecnología, minorías étnicas... y religión. En definitiva, un completo ideario o imaginario colectivo que en sus líneas maestras permaneció vigente al menos cuatro siglos, y del cual no nos hemos emancipado completamente.
Es difícil exagerar la transcendencia de aquellos años. Vistos en perspectiva, existe cierto consenso en propugnar que los cambios introducidos por Los Católicos eran inevitables, pues sintonizaban con la marcha de los tiempos. Es opinable. Sea como fuere, lo que nos interesa señalar es el hecho de que paralelamente al plan de Isabel y Fernando, existió un ideario o imaginario alternativo. Un imaginario que tuvo oportunidad de triunfar.
También que el de Lugo y su clan participaron apreciablemente del mismo, y sus actos y movimientos son difícilmente compresibles sin referirnos a ambas posturas enfrentadas. El protagonismo del Adelantado no fue de primer orden. Pero tampoco se ajustó a lo que cabría esperar de un gobernador de colonia distante y de escasa relevancia económica. Sus habilidades políticas, la historia, y especialmente la posición geográfica del archipiélago, lo convirtieron en algo más que un simple peón. De todo ello hablaremos.
A estas alturas quizá parezca estéril u ocioso indagar sobre la identidad de Alonso de Lugo. Están disponibles multitud de artículos, semblanzas, genealogías, monografías, y un abundantísimo registro documental sobre el personaje. Sin embargo, llama la atención que hasta la fecha no se le haya dedicado una biografía de cierta entidad. Otros de menor relevancia la han merecido. A tenor de esta circunstancia, y de nuevos estudios y hallazgos documentales, no creemos impertinente comenzar preguntándonos ¿quién fue realmente Alonso Fernández de Lugo? ...seguir leyendo


sábado, 17 de agosto de 2013

El nepotismo impune



Hoy reflexionaba sobre la desigualdad, miseria, abandono y lejanía que hemos sufrido siempre en Canarias, agravado por gobernantes sin escrúpulos que han hecho de la ignorancia de este pueblo su principal seguro de vida.

Paseando por una calle, suburbial, de un barrio a su vez suburbio de mi ciudad, reducto, donde las relaciones de fuerza y de poder se han ido configurando en una suerte de nepotismo fatal e inevitable como si fuera una lacra o enfermedad incurable que sufren, a mayor escala, la Isla de Tenerife y el archipiélago canario y a escala estratosférica el Estado español.

Andaba por la calle sin prisa, como me gusta a mi, me iba deleitando con los sonidos y las conversaciones provenientes de los pequeños negocios que sobreviven en este lugar, y que sorprenden por doble motivo, primero porque la crisis económica de la zona euro ha sido como un tsunami arrasando la pequeña empresa, los carteles rojos de se vende, se alquila o se traspasa son un sarpullido que se extiende por todo el país, como una varicela arquitectónica sistémica de los tiempos modernos, orgullo del neoliberalismo. Y en segundo lugar, por la persistencia de esos pequeños negocios en este reducto suburbial extraña por su propia naturaleza, zapateros remendones, costureras, carniceros, pescaderos, libreros, alguna relojería, barberías y peluquerías de señoras, oficios y ofertas minoristas que agonizan en una economía globalizada, donde las multinacionales se asientan en grandes centros comerciales, a los que la gente acude en masa dando la espalda a este comercio familiar de toda la vida.

Allí lavan el coche, compran la comida, la ropa y finalmente se cortan el pelo, toman algo en una cafetería y compran lotería por si hubiera suerte. Todo ello sin salir de un recinto acotado e impersonal donde la máquina suple a la persona todo lo posible, con el tiempo mandaremos a comprar a nuestro robot y ni siquiera los clientes serán humanos.

Lo más pintoresco de mi paseo es el acento de las conversaciones el gracejo cubano, venezolano, colombiano, boliviano, junto con el canario, que me llegan a retazos según voy pasando por las puertas de las tiendas, no termino de ver la ganancia de todas estas personas que en su día emigraron aquí para buscar una vida mejor y un futuro para sus hijos.

En este barrio el tiempo se paró en los años 70, la estética, mostradores de madera y vitrinas de cristal, los suelos muy gastados de granito y las estanterías quejumbrosas ofreciendo género urgente y precario para salir del paso.

Las mujeres del barrio en sus jabitas de nylon llevan el pan y las viandas como si estuvieran en Centro Habana, muchas de ellas llegaron de allí buscando mejorar y ahora tienen que lidiar con la misma miseria material pero muy lejos de casa, en un mundo mucho más despiadado y hostil, sin valores, donde todo quedó varado sin previo aviso, muchas preparan el retorno a sus países de origen, que emergen y tienen muchas más oportunidades que ofrecerles que la vieja y siempre desdeñosa Europa.

Dijo alguien en una ocasión, cuando vayas adelantando a alguien con tu automóvil sonríe al pasar a su lado, nunca sabes en qué momento te puede adelantar a ti.

Canarias es la comunidad autónoma del Estado español donde más ha crecido la pobreza desde el año 2008 hasta la fecha, se va alejando peligrosamente del resto del Estado, en una desigualdad social que crece a ojos vistas.

Paulino Rivero, presidente del gobierno canario,no solo no ofrece soluciones o hace una deseable autocrítica, sino que ha dicho con total desfachatez que: la “desigualdad creciente” con respecto al resto del Estado obedece exclusivamente a las políticas de recortes de Mariano Rajoy.

Ninguna mención, por supuesto, al modelo de crecimiento de las Islas Canarias de los últimos treinta años aplicado por todos los ejecutivos de su signo político y de otros, con las diferentes coaliciones y componendas habidas siempre para seguir controlando el poder y perpetuar el nepotismo con total impunidad.

Dicho modelo basado en el monocultivo del turismo, la construcción descontrolada, que animó a muchos jóvenes a dejar las aulas, aún antes de terminar sus estudios obligatorios, para trabajar en el ladrillo, desbocado, especulativo, con las bendiciones de una clase política canaria avariciosa y corrupta, que siempre ha fomentado desde arriba una juventud inculta, sin cualificación profesional, acrítica con el poder, a la que venderle su nacionalismo de garrafón cada cuatro años, para luego ir a Madrid a intercambiar favores a cambio de capital para seguir financiado sus privilegios caciquiles.

Esta clase política no estaba preparada para afrontar el desastre económico y el desempleo posterior, Cuando pincha la burbuja inmobiliaria, acostumbrada a medrar sin esfuerzo por ser hijo, primo o conocido de, habían dilapidado los fondos europeos destinados a estimular el empleo y el bienestar general, repartiéndosela entre ellos mismos, como han hecho siempre, conocidos y vergonzantes son los gastos de viajes, hoteles, fiestas, coches oficiales y prebendas de una ralea que acapara el ochenta por ciento de la riqueza siendo solo el dos por ciento de la población.

  El nepotismo en Canarias es la forma genuina de gobernar y se remonta a los tiempos de la Conquista, son los mismos descendientes de los conquistadores y, algunos autóctonos que no dudaron en elegir a quién tenían que servir desde el primer momento, los que lo han ejercido impunemente a lo largo del tiempo.
Juana Santana

La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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